sábado, febrero 14, 2009

No más abusos en el transporte




El Metro de Santo Domingo iniciará en breve sus operaciones y es necesario que aprovechemos la ocasión para establecer un sistema unificado de transporte que cubra toda el área metropolitana de la ciudad de Santo Domingo.

Desde Villa Mella hasta el Malecón y desde Haina hasta Boca Chica, nuestra ciudad se moviliza actualmente en unidades destartaladas y bajo condiciones vejatorias. Con la puesta en marcha de nuestro Metro tendremos la mejor oportunidad para revertir esa situación de extrema indignidad.

La clave para establecer un sistema unificado de transporte, que obedezca a una misma normativa, que respete las leyes del tránsito, que de un trato cortés al pasajero, en fin, la clave para tener un sistema de transporte del primer mundo es hacer un ajuste en el marco jurídico que regula la operación del transporte público.

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Actualmente los operadores de transporte prestan sus servicios y reciben sus pagos directamente de los pasajeros. Las entidades reguladoras del Estado, encargadas de supervisar la operación, hacen sus intentos fiscalizadores pero no tienen una herramienta idónea sancionar a aquel transportista que la ha violentado.

El cambio en el marco jurídico que garantiza la excelencia del sistema consiste en colocar a la entidad reguladora Estatal entre el pasajero y el operador, de manera que el pago del pasaje pase por las manos de la entidad reguladora y sea ésta la que le realice el pago al transportista.

En la práctica ese modelo se logra haciendo que la ciudad, a través de alguna instancia apropiada, colecte el importe de los pasajes. Pasajes prepagados con tarjetas inteligentes, tokens, tickets, son todos métodos válidos para colectar el importe prepagado de los pasajes de la ciudad. La entidad reguladora puede, bajo esas circunstancias, celebrar contratos con empresas de transporte, en donde se establezca el pago por kilómetro servido, bajo condiciones de excelencia en el servicio. A partir de ese momento puede dedicarse a exigir el cumplimiento de las cláusulas contractuales, segura de tener en sus manos la herramienta que garantiza el cumplimiento de la norma y el retorno a la misma si es violentada, esto es, el control del pago a la empresa transportista.

En el año 2004, participando en un conversatorio en Funglode, cuando recién se iniciaba el proyecto del Metro, defendí el proyecto diciendo que podía no ser el momento oportuno para una obra de esa envergadura, que se podían alegar razones de prioridades; pero que la línea por donde caminaba el Metro era la más exclusiva de todas las posibles y eso garantizaba que la operación podía hacerse sin la invasión del carril por elementos ajenos al sistema, lo que garantizaba tiempos de viajes mínimos.

La primera línea del Metro es una realidad y debemos aprovecharla para dejar establecido el sistema: Ente regulador, normativa común a todos los transportistas y pago a los transportistas por kilómetro servido.

El trato digno que recibirá el dominicano en el Metro debemos extenderlo a todo el transporte público.

No es utopía, podemos hacerlo.


Mario Bergés
Centro Juan XXIII
m.berges@centrojuanxxiii.org



Publicado en el Hoy de fecha 12 de febrero de 2009

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