miércoles, abril 21, 2010

Besitos





¿Qué haré con estos besos, pequeñitos y tiernos...?
Para mí que son algo más que chocolate!!

miércoles, abril 14, 2010

Impunidad





De los muchos males que nos aquejan como sociedad, si me tocara elegir aquel que mayor daño nos está haciendo, sin dudas que elegiría la impunidad.

Decían los viejos: “Bueno es el miedo donde no hay vergüenza”, y es que si no hay sanción, si la sociedad tiene la certeza de que puede delinquir sin consecuencias, el final de esa sociedad es previsible.

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No es un presagio del fin del mundo, pero nos estamos acercando a una zona peligrosa en la que el ser humano, despojado de su condición de ciudadano, tendrá que lanzarse a matar o morir. De hecho, ese proceso ya empezó en nuestros barrios más pobres. Los jóvenes de esos barrios, excluidos desde siempre de la condición de ciudadanos, están lanzados a matar o morir y son los únicos para los que sí tenemos una respuesta adversa de cárcel o muerte; pero como esa respuesta es solamente para ellos, el mensaje no llega. El mensaje que llega es: Lo que no se puede ser es pobre, salgamos de la pobreza como sea y seremos impunes.

Nuestra justicia, aunque tiene logros notables, tiene también grandes vergüenzas de acción y omisión; y cuando por fin tuvo el coraje de enfrentar grandes intereses, nos avergüenza un Poder Ejecutivo que indulta. Así, hemos visto a los policías que usufructuaban vehículos robados salir indemnes y a transportistas que desfalcaron al Estado salir nombrados funcionarios, por mencionar solamente dos casos de los muchos en donde la justicia ha sido burlada.

Si nuestras instituciones han fallado, también ha fallado la sociedad. No hemos sido capaces de generar una respuesta social adversa a tanta impunidad, a tanta injusticia, a tanto proceder indecoroso.

No se puede ser delincuente y al mismo tiempo honorable.

Si las instituciones no han podido, propongo aquí y ahora que hagamos un pacto, para que todo aquel que entienda que hay futuro con honestidad y con honor, asuma el compromiso de enfrentar la desvergüenza donde se presente.

Por mi parte declaro que los policías que hicieron uso de los vehículos recuperados lo hicieron mal, que los transportistas del desfalco de Renove lo hicieron mal; que ninguno de los implicados en esos dos casos son honorables aunque estén libres, que me cuido y cuido a mis familiares y allegados de sus influencias.

Que se ponga ese traje todo aquel que sabe, en conciencia, que se ha corrompido. Que sepa, que de una manera misteriosa, el reclamo íntimo de la conciencia le llega a los demás mortales.

Luego de decir esto, que lo he dicho y que lo siento, debo decir que la crítica no va contra el ser humano que robó o desfalcó, sino contra su conducta. Decir que lo han hecho mal no quiere decir que están condenados a la maldad. Lo han hecho mal porque la vida buena es amar y servir, y muy humildemente creo, que muy lejos de servir, se han servido.

Si nuestras instituciones no pueden, respondamos como sociedad ante tanta desvergüenza. Nuestros hijos lo agradecerán.

Mario Bergés
m.berges@centrojuanxxiii.org


Publicado en el Hoy de fecha 14 de abril de 2010

domingo, abril 11, 2010

El Reino



En una reflexión de Pascua vimos a Moisés recibiendo las Tablas de la Ley. El antiguo testamento gira en torno a la comunicación de Dios con su pueblo. Hay que saber que ese pueblo caminó durante cuarenta años en el desierto, guiados por una nube.

La culminación de ese esfuerzo de comunicación es Jesús, hijo de Dios, quien vino a mostrarnos Su Reino.

Jesús resumió en tan solo dos, los diez mandamientos que había recibido Moisés: Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Si lo hubiera dejado ahí, hubiese sido algo tan general, que sólo algunos seres humanos hubieran entendido, con todo su ser, el alcance y la profundidad de esa propuesta de vida: La madre Teresa de Calcuta le escribió un verso a ese poema cuando con su voz y con su vida dijo que había que amar hasta que doliera.

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Jesús fue más allá y nos dejó una guía detallada para alcanzar El Reino. Un Reino por el cual debemos pedir que venga a nosotros, con presencia aquí y ahora entre nosotros. Un Reino que tiene ámbitos de acción, y así podemos hablar de ese Reino en mi vida, en mi trabajo, en mis relaciones interpersonales, hasta llegar al Reino de Dios cumpliéndose y reinando en toda la humanidad.

Sin ser textual la cita, aquí está el mapa del Reino que nos dejó el Cristo resucitado que hoy celebramos:

Si quieres ser el primero, hazte el último. (Mateo 20, 16)

Si te piden que camines una milla, camina dos (Mateo 5, 41)

Si te quitan la túnica, déjale también la capa (Mateo 5, 40)

Al que te pida dale y no le vuelvas la espalda al que te pide algo prestado. (Mateo 5, 42). En Lucas 6, 30 hay una versión más extrema: "Dale a todo el que te pida, y al que tome lo tuyo no se lo reclames"

Quien esté libre de pecado que arroje la primera piedra. (Juan 8, 7)

Perdona hasta setenta veces siete. (Mateo 18, 21-22)

Reconcíliate con tu hermano antes de presentar tu ofrenda. (Mateo 5, 23-24)

Si te dan una bofetada en una mejilla, pon la otra mejilla. (Mateo 5, 39)

No porque me digan "Señor, Señor", entrarán en el Reino de los cielos. (Mateo 7, 21-23)

Ama a tus enemigos. (Mateo 5, 44)

Hay otras señales del Reino, todas ellas tienen en común el descubrir que la humanidad es una y que lo bueno o lo malo que haga es responsabilidad de cada uno de nosotros. Si mi hermano me hace daño, debo entender que su actuación tiene un componente suyo y un componente social en el cual estoy involucrado hasta el tuétano. Visto así, no hay reclamo.

Esta Pascua de Resurrección es una buena oportunidad para revisar como anda el Reino en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestro trabajo y en nuestras relaciones interpersonales. Así sabremos donde poner la tilde para que venga a nosotros Su Reino.

Mario Bergés
m.berges@centrojuanxxiii.org


Publicado en el Hoy de fecha 11 de abril de 2010

martes, abril 06, 2010

Es de sabios prevenir





La tragedia que enfrenta el pueblo haitiano debe servir para que los dominicanos, que en esta oportunidad fuimos afortunados, actuemos sabiamente y pongamos en marcha un plan para evaluar y reforzar nuestras estructuras, de manera que podamos reducir los daños ante la certeza de un sismo de grandes magnitudes que solamente necesita tiempo para que ocurra.

Tres categorías de edificaciones son las que a nuestro juicio deberán ser objeto de evaluación y refuerzo:

Edificaciones de uso público: Por la gran cantidad de personas que se verían afectadas si la estructura fallara. En este grupo se encuentran las escuelas, los hospitales, las oficinas públicas, iglesias; así como también edificaciones propias de la infraestructura de la energía, del transporte y las telecomunicaciones entre otras.

Edificaciones de gran altura: Porque el riesgo de falla de la estructura por causa de un sismo, aumenta con la altura. En esta categoría entrarían las edificaciones mayores de seis plantas, que ya son muchas en nuestras ciudades.

Edificaciones antiguas: Porque es nuestra responsabilidad preservar el patrimonio monumental e histórico, de modo que quede como patrimonio de todos los dominicanos, aún de los dominicanos por nacer. En esta categoría entrarían las edificaciones del casco histórico de la ciudad de Santo Domingo, las edificaciones del Centro de los Héroes y otras edificaciones antiguas y de valor histórico, en Santo Domingo como en otras ciudades del interior.

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La evaluación que proponemos debe ser encaminada, en los casos de las edificaciones de uso público y las de gran altura, a determinar si la calidad de los materiales y el proceso constructivo estuvieron apegados a las exigencias de los planos y especificaciones consignadas en el diseño estructural certificado por un profesional de la ingeniería.

En el caso de las edificaciones antiguas la evaluación toma otro camino, básicamente porque no hubo diseño estructural previo, porque son edificaciones bajas y además porque cuentan con experiencia de sismos anteriores. La evaluación debe encaminarse a determinar el estado actual de la edificación, cuán saludable se encuentra. En ese sentido debemos buscar asentamientos diferenciales, grietas en muros y deterioro de la mampostería como consecuencia de elementos medioambientales adversos entre otros muchos signos de malestar.

Nuestro país cuenta con las tecnologías necesarias para enfrentar, con éxito, el refuerzo de las estructuras que fruto de la evaluación propuesta ameriten ser reforzadas.

En los últimos veinte años se ha desarrollado una tecnología para el refuerzo de estructuras que ya la tenemos entre nosotros. Se trata de una fibra de carbono que puede ser adherida al elemento a reforzar utilizando una matriz epoxídica, si se desea reforzar hormigón o bloques, o una matriz cementicia si se desea reforzar un elemento de mampostería antigua.

En ambos casos el elemento reforzado exhibirá mayor resistencia a la flexión, al cortante y a la compresión vía confinamiento.

En el caso de las edificaciones antiguas la matriz cementicia es químicamente compatible con la argamasa y no permite la formación de manchas de humedad.

Es de sabios prevenir. Estamos a tiempo.

Mario Bergés
m.berges@centrojuanxxiii.org


Publicado en el Hoy de fecha 5 de abril de 2010

Ley de tránsito



La ley cuyo cumplimiento no es exigido y su violación perseguida, es preferible derogarla. En el ámbito del tránsito esa máxima equivale a decir que la señal de tránsito cuyo cumplimiento no es exigido y su violador no es perseguido, es preferible removerla.

La autoridad exige cumplimiento y persigue al violador si, y sólo si, en todos los casos en que se viola pone en movimiento la acción pública para perseguir y castigar al violador. La exigencia de cumplimiento tiene que estar presente siempre. La persecución y castigo del violador no debe ser algo aleatorio o casual sino universal y permanente en el tiempo.

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En ese contexto nuestras ciudades están llenas de señales y ordenanzas de tránsito que la autoridad no está en condiciones de hacer cumplir y que sólo se cumplen como consecuencia del civismo del ciudadano. Si el ciudadano no tiene sentido cívico y decide violar la señal, no existe sanción para su violación, es decir, la acción pública no es universal ni permanente en el tiempo.

La misma autoridad contribuye al irrespeto de la ley cada vez que alienta al conductor a hacer caso omiso del semáforo. Si el policía tiene dirigir el tránsito en una intersección, debe apagar el semáforo, porque la autoridad está para hacer cumplir la ley, no para violentarla.

También contribuye la autoridad al irrespeto de la ley cuando premia, dándole paso, al conductor que se ha adelantado a toda la fila utilizando el carril de vía contraria.

La luz del semáforo está tan disminuida en su autoridad, que en momentos de calma en una intersección, cuando apenas hay un par de carros esperando el verde, el policía puede invitar a los dos conductores a delinquir violando el rojo. Al actuar de ese modo el policía cree que está agilizando el tránsito y no se da cuenta de que lo que está enviando es un mensaje que dice que él está por encima de la ley, que su simple deseo puede convertir en verde un semáforo en rojo.

También se excede la autoridad y envía un mensaje dañino cuando utiliza su investidura para atravesar las intersecciones de la ciudad franqueando el paso, violentando el derecho de los demás conductores que en ocasiones dejan pasar hasta cuatro ciclos de verde. Esa práctica tiene su toque simpático porque los que así actúan tienen nombres de animales legendarios y así, el policía escucha por el radio que se acerca “El Halcón” o “El Anfibio” y rápidamente se apresta a darle paso. He tratado el tema de manera informal con funcionarios y para mi sorpresa me han dicho que el poder es para ejercerlo. Que pena. Yo entendía y todavía entiendo que el poder es para servir, porque en política como en la vida, el que se sirve no sirve.

Como vemos la autoridad es responsable en gran medida del desorden que tenemos en el tránsito. La policía debe entender que su misión no es agilizar el tránsito sino hacer cumplir sus leyes.

Mario Bergés
m.berges@centrojuanxxiii.org


Publicado en el Hoy de fecha 4 de abril de 2010