jueves, julio 25, 2013

Mujer verdadera





Lo escribió el fraterno Pablo McKinney y yo suscribo cada letra.
¡Bravo Pablo! Ya quisiera yo haberlo escrito.
Un gran abrazo poeta.


Mujer verdadera

            De ella escribió don Joan Manuel Benedetti, conocido con el sobrenombre de El Nano Mario, lo que sigue: “Donde quieras que estés, si es que estás o estás llegando, te gustará saber que te pude olvidar... y no he querido”.
 
            Y no era para menos. Esta mujer verdadera, resuelve problemas como hormiguita sin sueño y está siempre dispuesta para sus hijos, que son el perfume de su vida.

            En las lides del amor, se deja robar besos como una dependienta despistada, y puede ser tan tierna como esa gota de rocío que navega entre los pétalos de esa flor de mañana. Sin embargo, es mujer de armas tomar a la hora de enfrentar la calle, el taller, el medio, la consulta, el bufete, la oficina.

            Profesional exitosa, no le atraen las greñudas teorías del feminismo más radical, pero sabe muy bien cómo hacerse respetar cuando le toca luchar en el mundo feroz del macho ibérico de vocación machista leninista.

            En su formación fue determinante un padre comprensivo e inteligente que le enseñó a ser independiente y dueña de sí misma, sin dejar de ser débil para el amor si se siente amada y respetada… una luna borracha, una mar, una bahía, le dicen que si y le piden ser feliz.

            Ese padre, excepcional por comprensivo y tierno, le enseñó la responsabilidad de ser y estar sin castrarle nunca sus deseos de ser mujer, su vocación para dejarse llevar por las vicisitudes del amor y sus alas, y si quiere que salga el sol por Haina o entre el mar por Samaná.

            Divorciada a sus treinta/cuarenta y tantos, no necesita de un hombre más que la disposición a complementar su vida y compartirla desde el respeto y el amor, y perdonen la redundancia.

            Ahora que es noticia la violencia contra la mujer, y conocemos de la bestial ignorancia del macho ibérico pasado por África en asuntos del verdadero amor y devoción a la hembra; ahora que sabemos hasta dónde llega la deformación de generaciones enteras de machos a los que nadie enseñó nunca que cada rosa significa un beso y que la única manera de ser su dueño de una mujer es negarse a serlo, cronicanto hoy por y para esa mujer verdadera que tiene el don de inspirar sin ser sol y dar vida sin ser Dios. Amen.

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