Hambre y sed de Justicia.

Dominicanas y dominicanos:
Compañeras y compañeros:

Buenas tardes.

Por un Poder Judicial independiente, pilar de una real democracia

El pasado 27 de marzo se dictaron dos autos de “No ha lugar” en la Justicia Dominicana. El primero de ellos a favor del Senador por San Juan de la Maguana, Ing. Félix Bautista y el otro a favor del Alcalde de San Francisco de Macorís, señor Félix Rodríguez. Ambas sentencias han evitado que se ventile en un juicio de fondo los cargos por corrupción, enriquecimiento ilícito y lavado de activos, que había presentado el Ministerio Público contra ambos funcionarios. Esos fallos, que a juicio del pueblo dominicano son injustos y venales, lo que han hecho es darle la certeza a ese pueblo de que no puede confiar en la justicia. El pueblo dominicano no cree en la justicia, el pueblo dominicano sabe que la justicia es selectiva, el pueblo dominicano sabe que lo que no puede hacer es robarse ocho chinolas, porque sabe que todavía está preso el señor de 64 años que en El Seibo se robó esas chinolas. Ocho chinolas!!! ¿Cuántas veces caben ocho chinolas en veinticinco mil millones de pesos? El pueblo dominicano sabe también que si el señor del Seibo hubiera tenido los padrinos que tiene el Senador por San Juan o el Alcalde de San Francisco de Macorís, no solamente hubirera salido en libertad, sino que con poco esfuerzo le hubieran traspasado la finca de chinolas a su nombre para que no tuviera necesidad de robarlas.

Ese es el problema: Nuestra Justicia no es confiable.

Un legado de impunidad que nos toca superar

En nuestra historia republicana, nunca ha habido justicia contra la delincuencia política y es tiempo de cambiar esta realidad.

Desde el “borrón y cuenta nueva” que garantizó la impunidad de los crímenes políticos y actos de corrupción de la dictadura de Trujillo, hasta las décadas recientes, en todos los gobiernos que hemos tenido nunca ha habido sanción real, efectiva y sistemática de los actos de corrupción y abuso de poder por parte de los grupos gobernantes. La impunidad ha sido y sigue siendo una presencia constante  y dañina en nuestra democracia. Y eso tiene que llegar a su fin.

Bastaría presentar los informes de Participación Ciudadana: “20 años de impunidad” y “La corrupción sin castigo”, en donde se han documentado 321 casos de corrupción en las últimas tres décadas (1983-2013) de los cuales solo uno resultó en condena.
¿Cuántas aulas se hubieran podido construir con esos 50 años de robo desde Trujillo?
¿Cuantas salas de hospitales se han dejado de hacer porque hemos permitido 50 años de robo?
¿Cuánto se habría podido aumentar dignamente el salario de maestros y maestras, guardias, policías y servidores públicos en general, si no se lo hubieran robado en esos 50 años?
De manera que el presente caso del senador Félix Bautista y el de Felix Rodriguez, se suman a esa larga lista de impunidad que ofende. Y eso, hasta un día.

Por un nuevo Poder Judicial, verdaderamente independiente

Hoy en este acto hemos logrado una articulación particularmente significativa. Hoy hemos podido articular a la casi totalidad de los partidos de oposición  con una buena representación de sociedad civil. Hemos depuesto las agendas particulares en aras de lograr la unidad alrededor del tema de la impunidad y la corrupción. Esta articulación entiende que:

Necesitamos una justicia en la que todos confiemos.
Necesitamos una justicia imparcial.
Necesitamos una justicia sin bandería política.
Necesitamos una justicia de carrera.
Necesitamos una justicia pulcra.
Necesitamos una justicia solemne.

Eso necesitamos y no vamos a exigir menos!!!!!

Lo que haya que hacer, que se haga!!!
Lo que tenga que ser, que sea!!!

No cejaremos en este esfuerzo, nos encontrarán de pie, exigiendo esa justicia, la única posible, que precisamente porque la soñamos nos asiste como derecho!!!

Pueblo Dominicano!!!

No a la impunidad!!!

Si a la justicia!!!

Que viva la República Dominicana!!!







Palabras centrales pronunciadas por Mario Bergés de Impunidad Cero
En el Acto del 9 de abril 2015 frente a la Suprema Corte de Justicia