jueves, noviembre 19, 2009
Una propuesta solidaria
En la República Dominicana tenemos no menos de ochocientos mil nacionales haitianos viviendo de manera permanente en nuestro territorio.
Nuestras autoridades estiman que el 15% del presupuesto de salud termina beneficiando a la población haitiana residente en Dominicana. En educación, el 10% del presupuesto de ese ministerio se destina a satisfacer las demandas de ese mismo sector. De manera que nuestro pueblo está contribuyendo, humildemente, a aliviar la pesada carga que lleva en sus hombros el pueblo haitiano.
Somos solidarios y queremos aumentar el nivel de ayuda que actualmente recibe el pueblo haitiano. En ese sentido el Centro Juan XXIII ha formulado una propuesta que consiste en que parte de la deuda que tiene el Estado Dominicano con organismos multilaterales y también en relaciones bilaterales con Estados amigos, pueda ser pagada con bienes y servicios que supliría la República Dominicana al hermano pueblo de Haití.
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La propuesta no puede ser más favorable para todos los sectores involucrados.
Países como Estados Unidos de Norteamérica, Canadá, Francia y Brasil han expresado su vivo interés en ayudar a resolver el drama haitiano. Una de las mayores dificultades, si no la mayor, al momento de materializar esa ayuda, es que la ayuda en dinero líquido podría no llegar al objetivo seleccionado y perderse en el complejo mundo de la corrupción y la burocracia. La ayuda en bienes y servicios es más segura y nuestra vecindad geográfica nos convierte en suplidores por excelencia de esos bienes y servicios.
Esos países que han expresado su interés de ayudar al pueblo haitiano podrían, si son acreedores nuestros, permitir que parte de esa deuda la podamos pagar entregando bienes y servicios al hermano pueblo haitiano. En caso de no ser acreedores nuestros, podrían pagar parte de la deuda que tenemos con organismos multilaterales y nosotros, esa misma cantidad de dinero que ese país ha pagado, la supliríamos en bienes y servicios al pueblo haitiano. Esa ayuda la entregaríamos a quien el acreedor designe como destinatario y organismos de las Naciones Unidas, presentes en Haití, podrían fiscalizar el proceso, garantizando su pulcritud.
Para República Dominicana la propuesta es favorable porque dinamiza la economía y permite pagar deuda con bienes y servicios producidos localmente. Al mismo tiempo contribuimos, humildemente y desde la pobreza, a aliviar la carga del pueblo haitiano, objetivo de nuestro mayor interés como pueblo, porque el crecimiento económico dominicano no será crecimiento para las capas pobres de la población, que son los más, mientras el pueblo haitiano permanezca en un estado de pobreza extrema.
Para el pueblo haitiano será favorable contar con alimentos, medicamentos, servicios médicos, odontológicos y otros, como un aporte de esos países que desean ayudar a resolver el drama haitiano.
La propuesta es buena y oportuna. Ya la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC) la hizo suya. Solicitamos que las organizaciones empresariales, no gubernamentales, sociales y comunitarias apoyen la propuesta. El gobierno por su parte, a través de la Cancillería, debe darle forma.
Es una propuesta solidaria.
¡Apoyémosla!
Mario Bergés
m.berges@centrojuanxxiii.org
Santo Domingo, R. D.
15 de noviembre de 2009
Publicado en el Hoy de fecha 16 de noviembre de 2009
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