Es un asunto de prioridades. La educación es prioritaria porque solamente a través de ella podremos conjurar la pobreza.
Tenemos muchos otros temas prioritarios: Salud, vivienda, energía, institucionalidad, medio ambiente y otros.
Tenemos también los temas que no son prioritarios: barrilitos, cofrecitos, hoyos fiscales para francachelas electorales, nominillas, nominotas del servicio exterior, empleos botellas, asignaciones astronómicas al sector de FF.AA. de un país que no está en guerra, ladrones impunes del erario disfrutando fortunas de los contribuyentes y otros desafueros.
Preguntar si podremos cumplir con el 4% con tantas necesidades no satisfechas es una vileza.
Para aceptar que se le quite un solo centavo al 4% para la educación y asignar ese centavo a otra de las prioridades, primero habría que desmontar los barrilitos, los cofrecitos, que caigan presos los responsables del hoyo fiscal, que lo está pagando el pueblo con su vida; despedir todos los empleados botella, reducir al mínimo la asignación a las FF.AA., y sobre todo, lograr que la justicia tumbe al piso y le pegue el pie en la garganta a los ladrones hasta que escupan el último céntimo robado.
Mientras no ocurra eso, es una vileza marcharle al 4%.
Sigan ahí, que van muy bien.
Mario Bergés
En respuesta al artículo publicado en Diario Libre:
http://www.diariolibre.com/opinion/2014/10/01/i816361_trampa-del-por-ciento.html
